Recomendaciones REDPEM (XVII)

Nuevo encuentro con la gente de la Red de Periodistas Musicales en Iberoamérica que esta semana nos ofrece cuatro recomendaciones desde distintos puntos de la región. Enrique Blanc, desde México, nos presenta a Buffalo Blanco, proyecto del ex integrante de Jumbo, Charly Castro; el ecuatoriano Darío Granja, que colabora por primera vez en esta sección, destaca la identidad andina de sus compatriotas de Guardarraya; Diego Londoño, desde Colombia, nos habla del tropicalismo salvaje de Jaibanakus y el venezolano William Padrón lo hace sobre Luis Irán y La metamorfosis, su reciente disco.

ENRIQUE BLANC (México)
Buffalo Blanco y su álbum epónimo
«Un proyecto más que se desprende de Jumbo. De la misma manera que Clemente Castillo y Flip Tamez han ramificado el sonido del grupo de Monterrey a través de propuestas personales, Charly Castro, su bajista, ha hecho lo propio dando vida al cuarteto Buffalo Blanco, cuyo álbum epónimo, editado recientemente, da continuidad a una carrera que arrancó en 2011. Lo interesante del caso es que este proyecto cuenta entre sus filas con David Castillo –hermano de Clemente–, cuya voz recuerda al también vocalista de Jumbo. Además de él, completan la banda el guitarrista Alan Robles y el baterista Bruno Bressa. Eso sí, musicalmente Buffalo Blanco se inclina hacia un rock con guiños al country y una dosis justa de pop, cocinando a fuego lento un híbrido que no niega la proximidad cultural que Nuevo León sostiene con Tejas, su estado vecino. Si bien el grupo comenzó su carrera cantado principalmente en inglés –sus dos primeros discos van en esa modalidad–, su trabajo epónimo está escrito por completo en español: doce canciones de calibrada factura que no niegan el espíritu lúdico con que estos albinos rumiantes musicales comunican al hacer canción.

Manos al viento – Videoclip

DARIO GRANJA (Ecuador)
Guardarraya y la identidad andina
«Hace menos de un mes, Guardarraya encabezaba El Carpazo, uno de los festivales de música independiente más importantes de Ecuador. Hace menos de un mes, cerca de dos mil personas coreaban la canción 1537. La gritaban hasta quebrar su voz, la sentían suya porque era parte de su historia, de su ciudad. Escuchar a Guardarraya es descubrir un lado de Quito. Luego de quince años juntos, su sonido, mezcla anisada de rock, pasillo y ritmos latinoamericanos, forma parte del imaginario de esta ciudad andina. Sus canciones traducen la melancolía de no contemplar un horizonte más allá de las montañas, el potente sol perpendicular de la mitad del mundo, el frío que se genera al estar a 2.850 metros de altura y "esas mágicas electroacústicas ganas de joder"».

1537 – Videoclip

DIEGO LONDOÑO (Colombia)
El tropicalismo salvaje de Jaibanakus
«Jaibanakus surge en las calles de Medellín y el tropicalismo salvaje es su etiqueta sonora. Su nombre remite respetuosamente a la cultura Emberá, y cita al Jaibaná, el médico y autoridad en el manejo territorial de esta tribu indígena colombiana. Ya con nombre, el proceso de Jaibanakus avanza y se convierte en sonido. Su música puede pasar fácilmente del rock al funk e inmediatamente después a la electrónica. Todo ello sin dejar de sentir la cadencia del folclore colombiano. Sus canciones suenan robustas y frescas e invitan a un inexplorado tropicalismo salvaje. Una voz nasal y potente incita al baile e impulsa a una banda que con virtuosismo crea canciones que retratan este siglo que vivimos. Es una de las buenas bandas que ha dado Medellín recientemente».

Garras

WILLIAM PADRON (Venezuela)
La metamorfosis de Irán
«Luis Irán fue el vocalista de Los Paranoias hasta 2013, cuando se disolvió la banda. Ahora decide usar su apellido para presentarse como solista y edita La metamorfosis, con ocho temas que en poco más de treinta minutos describen sin pretensiones su realidad personal y su adaptación a una nueva situación musical y humana. El valor de su trabajo tiene más que ver con la continuidad y la resistencia, que con la velocidad de los tiempos. Irán no tiene interés en desvincularse del pasado sonoro de Los Paranoias; por el contrario lo abraza y celebra reconociendo así que es su germen. Además, su rol de padre lo lleva a meditar sobre el mundo en el que convive junto a su hijo de tres años, Lucas Reyes, el protagonista de la portada del disco. La metamorfosis se entiende como un nuevo reto en su carrera, una reinvención espiritual, moral y humana, en la que la narrativa de sus canciones se vuelve parte de quien las oye y conecta. Sus melodías trazan la personalidad de un músico que se decanta por estructuras compositivas con autenticidad y personalidad».