Recomendaciones REDPEM (XL)

Los recomendados de la Red de Periodistas Musicales en Iberoamérica (REDPEM) para los lectores Zona de Obras trazan un mapa gigante que sube de Argentina hasta México pasando por Colombia, y que de los Estados Unidos cruza el Atlántico hasta España y Francia. Atentos a las propuestas que trae Pablo Ferrer con el primer trabajo de Los Volcanes, a la rica historia de la música argentina en libro sugerido por Humphrey Inzillo; al sonido de jazz con son mexicano que nos trae la banda Toktli, reseñada por Betto Arcos, y al cruce de tradición y modernidad que une a Colombia con Francia en el proyecto Pixvae, que recomienda Jaime Andrés Monsalve.

PABLO FERRER (España)
Levántate, de Los Volcanes
«Borja Téllez y Guillermo Sinnerman compartieron esfuerzos durante casi una década en
The Faith Keepers, combo zaragozano centrado en el soul y el funky rabioso. La aventura llegó a su fin hace algo más de un año, con la publicación del EP Kuyé a modo de elegante despedida. El tándem se había visto desbordado por el éxito de su proyecto alternativo de surf y garage a guitarra, batería y voces llamado Los Bengala, situación que reclamaba más tiempo de calidad. Ahora, con el pulso de su exigente carrera ya estabilizado (no paran de tocar, pero se organizan mejor) han reivindicado su amor por la música negra con este nuevo proyecto de su sello (es suyo, sí) Wild Lion; se llama Los Volcanes y cuenta con otros dos miembros de la familia Keeper: Jota García (batería: Borja canta y se encarga de la percusión) y Eduardo Pons (saxo), con Guillermo García (bajo) como colaborador recurrente. Levántante, un EP de tres canciones, es el primer trabajo de estudio que factura Los Volcanes, producido por Sinnerman y Jota. Ahí asoman guiños al pop ibérico de los sesenta y setenta, un poco de Motown, aires de big band y atisbos de la épica propia de una ópera rock (Jesucristo Superstar, Hair): los tres temas aireados funcionan de maravilla como pruebas de talento. Y huelga decir que el directo es una barbaridad, de esos que mejoran instantáneamente un cartel festivalero».

HUMPHREY INZILLO (Argentina)
Esquema de la música afroargentina, de Néstor Ortiz Oderigo
«Este voluminoso trabajo, que ocupa más de cuatrocientas páginas, forma parte de la colección que la editorial de la UNTREF (Universidad Nacional de Tres de Febrero) le dedica a las obras del benemérito Néstor Ortiz Oderigo desde mediados de la década pasada. Su sobrina, la escritora y periodista Alicia Dujovne Ortiz, legó todos sus escritos a la universidad, y el antropólogo Norberto Pablo Cirio, investigador del Insitituto Nacional de Musicología Carlos Vega, ofició de editor. Ortiz Oderigo fue uno de los primeros críticos de jazz en la Argentina y era tanta su afición por el género que derivó en una suerte de antropólogo africanista. Este estudio póstumo funciona como una guía que describe danzas, instrumentos y ritmos que incorporan el legado afro a lo largo de todo el país, del malambo a la milonga. En diálogo con la región (hay un croquis del candombe), traza un mapa de las distintas músicas afro (caribeña, cubana, brasileña) y explora la biografía de músicos olvidados como el Negro Casimiro, intérprete del violín, o Cayetano Silva, de sangre afro, autor de la célebre Marcha de San Lorenzo. A pesar de los años trascurridos entre su elaboración y su publicación, más de dos décadas, sigue siendo un aporte valiosísimo. Este título se complementa con otros de la colección como Latitudes africanas del tango y el Diccionario de africanismos en el castellano del Río de la Plata, piezas de estudio de notable valor antropológico y musical».

BETTO ARCOS (México/Estados Unidos)
Nuevo trabajo de Toktli (México)
«Una de las revelaciones de la pasada FIMPRO (Feria Internacional de la Música Profesional) en Guadalajara, México, fue el grupo de jazz Toktli, agrupación dirigida por el bajista tapatío Vico Díaz. Graduado en el Berklee College of Music de Boston, Díaz fue colaborador del grupo de etno-rock mexicano Ampersan y esa experiencia lo llevó a adoptar el instrumento que hoy define su trabajo, la leona, un bajo de cuatro cuerdas del son jarocho. En su nuevo disco titulado de manera epónima Toktli, Díaz logra una perfecta fusión del son mexicano con el jazz, utilizando ritmos y melodías de música tradicional y reinventando sones tradicionales en temas como Brújula, La víbora de cascabel y Camino Real. En los más de treinta años que llevo escribiendo sobre la música, he conocido pocos músicos como Vico Díaz, con la visión, la pasión, el talento y la tenacidad para crear un proyecto musical cimentado en la tradición, a contracorriente de una escena musical que sigue repitiendo y reciclando fórmulas».

JAIME ANDRÉS MONSALVE (Colombia)
Pixvae y su álbum de debut
«Hace ya quince años que el músico bogotano Jaime Salazar se fue a vivir a Lyon, Francia. Allí terminó sus estudios de saxofón y realizó una maestría en Musicología, además de enrolarse en diferentes proyectos de sonido latino y de colaborar con músicos que han visitado la ciudad de las luces como Samuel Torres, Yuri Buenaventura, Jimmy Bosch y Nidia Góngora. En medio de esas búsquedas, Salazar creó, al lado del saxofonista galo Romain Dugelay, un proyecto dedicado a la divulgación de la música de la costa Pacífica colombiana, con elementos que le han ido llegando hasta convertirlos en parte de su acervo. Así, la rica música afrocolombiana ejecutada tradicionalmente con instrumentos de percusión como la marimba de chonta, el tambor cununo y un sonajero de semillas conocido como guasá, se encuentra en Pixvae con elementos de la improvisación jazzística y con un sonido hardcore impuesto por la guitarra eléctrica y la batería. El resultado es un trabajo poderoso, que da cuenta de las posibilidades de evolución para una música de raíz como la de los departamentos colombianos de Chocó, Valle del Cauca, Cauca y Nariño. Con un primer trabajo discográfico recién lanzado y la invitación a presentarse este año en los showcases del Womex en Polonia, este grupo con nombre de playa panameña no deja de sorprender tanto a los legos en materia de música colombiana como a quienes, desde el sonido Pacífico del currulao, el abozao y la juga, nunca se habían encontrado con un parteaguas de este calibre».