Como de costumbre, la Red de Periodistas Musicales de Iberoamérica (REDPEM) nos invita a saltar musicalmente de un confín a otro del continente americano. En esta ocasión, iniciamos el periplo en Colombia, desde donde Luisa Piñeros nos habla del nuevo álbum de Monsieur Periné. Enseguida nos vamos al norte y, desde México, Enrique Blanc nos inicia en la «guapacha pagüer» de los enmascarados Machingon. De allí, volamos al sur, hasta Argentina, donde Humphrey Inzillo nos revela la transparencia musical de Gaby Comte. Después, Fernando Rosa nos invita a Brasil para recordar al inmortal Flávio Basso, con el pretexto de la reedición de uno de sus trabajos. Y, finalmente, William Padrón, quien recientemente ha salido de Venezuela, nos acerca al trovador AcostA.
LUISA PIÑEROS (Colombia)
Encanto tropical, de Monsieur Periné
«Monsieur Periné, la banda ganadora del Grammy Latino al Mejor nuevo artista de 2015, ha sabido capitalizar el reconocimiento dando pasos importantes en la consecución de una identidad musical. De eso se trata su tercer álbum Encanto tropical, una declaración de amor profundo por su país, Colombia, y por las raíces que enlazan con América Latina. Nuevamente está René Cabra (Residente, de Calle 13) en la coproducción de un disco grabado entre Argentina, Colombia y Puerto Rico, que conserva algunos aires y vestigios de sus antecesores Suin a la colombiana y Caja de música. Ahora, en el flamante Encanto tropical, el grupo explora en la percusión, vientos, letras e imagen, dando forma a un trabajo que refleja la necesidad de crear un lenguaje propio en la música. Así, partiendo del concepto tropical que ofrece su país natal, se rinde tributo a las grandes big bands que existieron en la década de los 40 y 50 y a viejos compositores que conforman la columna vertebral del fenómeno que hoy se vive en Colombia. Cabe destacar el énfasis que hace Monsieur Periné sobre el sentir latinoamericano, que va más allá del cliché fiestero que mediáticamente se ha mostrado. Lo que propone la banda es mirar con profundidad hacía un país y un continente, y eso se evidencia en canciones como Veneno, coproducida junto a la mexicana Julieta Venegas, y en La tregua, una cumbia compuesta junto al destacado músico y productor colombiano Juancho Valencia en el lobby de un hostal en Minca, un pequeño poblado sobre las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, y que cuenta con participación de Vicentico. Si hablamos del lado lento e introspectivo del disco, hay que destacar La sombra, una balada al mejor estilo de las grandes canciones en español en la década de los ochenta que cuenta con la participación de Leonel García. Mientras que Santiago Prieto, explorando con la voz, saca a la luz su espíritu añejo en Me vas a hacer falta, un bolero con todo el feeling de Tito Córtes o Benny Moré. Siguiendo con la búsqueda sonora, producto de la enseñanza que deja viajar y girar, aparece un merengue haitiano, con claves de música cubana y un pegadísimo estribillo, de las mejores canciones que Periné ha producido: Llévame, tema compuesto por Miguel Guerra, el percusionista de la banda. En líneas generales el grupo trabajó en un ejercicio colectivo de creación que ofrece doce poderosas canciones que reflejan el gran momento creativo por el que atraviesa la banda colombiana».
ENRIQUE BLANC (México)
Mexicano, de Machingon
«Aludir a la “guapacha pagüer” es referirse a un estilo que anuda rock de alto octanaje y cumbia, el sello inequívoco de la banda tapatía Machingon, que con Mexicano suma su cuarto larga duración en una carrera que ya recorre doce años de trabajo y militancia musical. Se trata de su producción más ambiciosa a la fecha, un álbum de ocho canciones producido por Jorge “Chiquis” Amaro, el baterista y productor asociado a grupos como Jotdog, Fobia, Rostros Ocultos y Kenny y Los Eléctricos, entre otros.
Ay wey, su primer tema deja en claro la potencia de las guitarras que caracterizan a estos músicos que invariablemente llevan máscaras de luchador en sus directos y que pueden jactarse de contar con una importante legión de seguidores en China, país que han visitado en más de ocasión. La canción tiene como invitado a Piro Pendas, el reconocido cantante de la seminal banda Dangerous Rhythm. Otro de los rasgos que definen la obra de Machingon es el humor que no falta en la mayoría de sus canciones, y la desinhibida altisonancia de sus letras. Su segundo tema, que da nombre al álbum, es la prueba fehaciente de ello. Allí, entre versos clásicos de José Alfredo Jiménez, cantan, con participación de Dr. Shenka (Panteón Rococó) y Armando Palomas: “Pinche gringo que acusaís al mexicano sin razón / ven y ráscame los huevos porque tengo comezón”. Por otra parte, Cariño venenoso le guiña un ojo a la murga y, para oficializar esta incursión, Machingon convoca al argentino Gustavo Cordera para dar forma a una murga que, muy en el estilo de los mexicanos, está salpicada de arrebatos eléctricos».
HUMPHREY INZILLO (Argentina)
Un rosario, de Gaby Comte
«Empecemos por el envoltorio: un diseño de arte irresistible, craneado por Eduardo Stupía y realizado por Gabriela Di Giuseppe, que incluye guiños a los libros de la editorial Adriana Hidalgo, y evoca las figuritas con flores y brillantina de la primera mitad del siglo pasado. Pero más allá de la referencia vintage, hay una belleza atemporal que dialoga con esas nuevas canciones que integran el repertorio de Un rosario. Acompañada por las teclas de Claudio Cardone, parceiro durante años de Luis Alberto Spinetta, Gaby Comte propone un derrotero con el formato canción como eje, y la belleza como hilo conductor. Minimalista en su formato, piano y voz, pero explosivo en lo que a musicalidad se refiere, hay una (re) invención de piezas de Adrián Abonizio, Jorge Fandermole (que aporta su voz en Alas blancas, un tema escrito por Hugo Fattoruso en colaboración con Alejandra Volpi), Lucas Martí, Luis Alberto Spinetta (Ven vení incluye coros de María Ezquiaga), Gabo Ferro y Alvaro Carrillo. Homogéneo en sus formas, funciona como un muestrario de algunos de los cancionistas más talentosos de la región, revisitados con sensibilidad por la voz de Comte y llenos de inventiva en el piano de Cardone, que por momentos parece evocar al maestro Hugo Fattoruso».
FERNANDO ROSA (Brasil)
Un clásico: A sétima efervescencia, de O Gaúcho
«El gaúcho Flávio Basso, natural de Rio Grande do Sul, al extremo sur de Brasil, es uno de los iconos de la psicodelia moderna brasileña, influenciado por los Beatles, Syd Barret, Os Mutantes y el tropicalismo. Su muerte en 2015 causó conmoción en la escena independiente de su país, que ha reverenciado su obra, especialmente el álbum A sétima efervescencia, que hizo bajo el alter ego Júpiter Maçã. Grabado en 1996, el disco es símbolo del “rock gaúcho”, una especie de género musical que marcó a la escena independiente brasileña desde los años 80. En esa década, Basso inició su carrera con los grupos TNT y Cascavelletes para después asumir los apodos Júpiter Maçã, Woody Apple y Jupiter Apple. El relanzamiento del álbum es una iniciativa del sello independiente Monstro Disco, de la ciudad de Goiânia, en el estado de Goiás, en el centro-oeste de Brasil, sede de los celebrado festivales Goiânia Noise y Banada. La osadía experimental de Basso está presente en Pictures And Paintings, Querida Superhist x Mr. Frog y The Feaking Alice (Hippie Undergroove) y demás temas del disco. El álbum incluye un himno del indie brasileño: Um lugar do caralho, cantado a todo pulmón en todos sus conciertos y como parte de la banda sonora de las fiestas del nuevo milenio en todo el país. En 2007, en una votación hecha con cincuenta especialistas, A sétima efervescencia fue distinguido como “El mejor disco de rock Gaúcho de todos los tiempos”; y en 2011, también fue incluido por la revista Rolling Stone en su lista de los “100 mejores discos de la música brasileña”. “Se trata del rescate de discos raros que están descatalogados, para los cuales hoy en día hay un hueco en el mercado”, afirma el productor Leo Bigode, uno de los propietarios del sello encargado de la reedición».
WILLIAM PADRÓN (Venezuela)
Acosta de todo, de AcostA
«Desde sus días con las bandas Hora Cero y Bueninvento, Andrés Acosta lleva más de dos décadas transitando por la composición musical en Venezuela. Paró, luego cambió de residencia a Miami, y allí, entre recolectar historias, hurgar entre sus habituales gustos y abrazar la transformación, adoptó el pseudónimo AcostA para lanzar el disco Acosta de todo en plan solista. Se trata en un EP de cinco canciones producidas por Juan Olmedillo (Los Mentas y La Pequeña Revancha), quien interpreta algunas guitarras y coproduce con Max Martínez (Tomates Fritos), encargado de las baterías. Les acompaña en el bajo Héctor Paredes (Los Mentas). En estas canciones, Acosta percibe contextos cercanos. A ratos es el inmigrante que se deja seducir por crónicas amorosas de terceros, en cierta forma experimentadas por él; pero además reconsidera situaciones desde la mirada del hijo a la distancia y entiende de la vorágine apasionada desde su condición de padre en movimiento. Con este trabajo, Acosta le da una apertura al portal del pop, con melodías histriónicas presentes, y esa mirada sempiterna del letrista que sigue influenciado por la manera de contar historias a la manera de Los Tres, con estructuras compositivas que evocan a R.E.M. y los guiños atmosféricos de Cafe Tacuba. Ahora cambia el orden, pero esa triada gravita en su ADN. Un poco de la impronta alterpop latinoamericana que va alimentando su renacer musical.
Jarabe y Quién quita quien sabe, éste último con un vídeo que hace una oda a los 90, representan los ejes de inflexión del EP, mientras que Tomorrow’s Growing Old podría ser una metáfora y alegoría del nivel compositivo hacia el que se dirige Acosta, diferente a todo lo anteriormente conocido en su carrera. Este trabajo es la primera parte de una serie de canciones que se complementan con Acosta de nada, el segundo EP que le da continuidad al concepto de la obra y que estará disponible antes de finalizar el año. De hecho, si algo caracteriza a su autor es el juego de palabras que también se aprecia en las canciones y sus rimas. Una idea musical que se gestó dese lo artesanal de su hogar, donde empezó a grabar y darle forma, entre idas y vueltas, con sus amigos vía Internet. Lo que se percibe la mirada reposada de un compositor inquieto».
La Red de Periodistas Musicales en Iberoamérica (REDPEM.IB) tiene como objetivo conectar a los periodistas especializados en música iberoamericana para intercambiar información, generar contenidos, trabajar en conjunto con otras redes (de productores, promotores, agentes de prensa y festivales), facilitar contactos y compartir miradas sobre la profesión y, fundamentalmente, sobre el tema que apasiona a todos, la música.
Fundada en 2015, REDPEM agrupa hasta la fecha a profesionales de Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Brasil, Venezuela, México, Estados Unidos y España y ha participado en distintos mercados y ferias musicales de América Latina (Circulart de Medellín, Colombia; FIMPro de Guadalajara, México y el Festival Jazz Ecuador) realizando talleres, debates y conferencias.