La Red de Periodistas Musicales de Iberoamérica (REDPEM) reúne en esta entrega cuatro pistas para acercarse a obras relevantes de la gran oferta cultural de la actualidad. Así, la colombiana Sara Melguizo nos habla de la agrupación Hatogrande y el argtentino Humphrey Inzillo lo hace sobre un libro de jazz que se antoja imprescindible para los interesados en ese género. Por su parte, desde España, Lara López se acerca al material más reciente de Pauline en la Playa y José Fajardo nos sugiere prestar oído al material más reciente de $kyhook.
LARA LÓPEZ (España)
El salto, de Pauline en la Playa
«Por días se me adelantó Marcos Gendre en una reseña en ZdeO, que no me ha disuadido de querer escribir sobre El salto, el séptimo álbum de Pauline en la Playa, dúo de hermanas que lleva veinte años siendo uno de los pocos grupos capaces de hacerme pensar que el pop más allá de los quince tiene sentido. Gendre dibuja este trabajo con una primorosa descripción, hablando de un “cromático y juguetón ajuar folk de soles invernales y lluvia estival”.
Si bucean en la red encontrarán numerosos intentos de equipararlas a otro dúo de voces femeninas, las enormes, inclasificables y fuera de época(s) Vainica Doble, pero también a Le Mans, Family, etc., grupos que forman parte de un imaginario indi (por independiente) local, que dominó las tendencias durante dos décadas, probablemente favorecidos por la innegable pasión por la música y su entorno de los diferentes actores dentro y fuera de los escenarios, lo que se sumó a la decadencia (hasta el lenguaje cambia cuando hablamos de lo que para muchos será el pleistoceno) del business de las majors.
Pero si hay algo que explique a Pauline en la Playa, es Pauline en la Playa (¿alguien por ahí que recuerde a Éric Rohmer?). Frescas, inteligentes, capaces de divertirse diciendo, tanto en lo musical como en esas letras peculiares que irremediablemente se inscriben en un acervo que trasciende géneros. Mar y Alicia Álvarez son asturianas. Dan ganas de añadir que eso explicaría su manera de concebir el tiempo, eso de darle el tiempo suficiente a la obra para que te cuente aquello que quiere contar el creador. Tienen un gusto exquisito, son muy sutiles en la autoexigencia. Te quedas con la sensación de querer vivir en estas diez canciones, en sus juegos estilísticos y en su ya clásica retórica deliberadamente exenta de poesía de más. Y son muy (perdonen, pero no tengo mejor piropo) normales. Sencillez, naturalidad y encanto. Treinta y cinco minutos de Pop, con mayúsculas».
HUMPHREY INZILLO (Argentina)
Grandes del jazz internacional en Argentina (1956 – 1979), de Claudio Parisi
«Una preciosa ilustración de Dizzy Gillespie, vestido de gaucho, tocando su característica trompeta con la campana apuntando hacia arriba y montado a un caballo, obra de Santi Pozzi, es la atractiva puerta de entrada a este libro del periodista Claudio Parisi, publicado por la editorial Gourmet Musical, que compila un frondoso anecdotario que tiene como eje a las estrellas de jazz internacional que pasaron por Buenos Aires entre 1956 y 1979. Planteado como el primero de varios volúmenes, comienza con esa mítica primera visita de Gillespie en 1956, cuando –fiel a su memorable sentido del humor– no solo utilizó un traje típico de los hombres de las pampas, sino también realizó una memorable grabación junto a la orquesta del bandoneonista de tango Osvaldo Fresedo en la sala Rendez Vous de piezas clásicas como Vida mía. En esa visita, Gillespie conoció a Lalo Schiffrin (y lo invitó a Estados Unidos, donde dos años más tarde grabarían juntos la suite Gillespinana) y a la actriz, vedete y cantante Egle Martin, con quien mantuvo una larga amistad desde entonces. El derrotero que propone el libro es exhaustivo y estimulante. Bien documentado pero, por sobre todo, con el valor de la primera mano: son los aficionados locales, periodistas y músicos, los que mantienen la tensión narrativa con sus recuerdos y emociones. Del curioso incidente que terminó con Louis Armstrong en una comisaría de Buenos Aires en 1957, a las jam sessions en la casa de Sergio Mihanovich con los músicos que acompañaron a Ella Fitgerald; del reencuentro entre Duke Ellington con Oscar Alemán, en 1968, a las partidas de cartas que Eddie «Lockjaw» Davis, saxofonista de la Orquesta de Count Basie, jugó con aficionados locales en 1969; del pollo bañado en pimienta que comía Cannonball Adderley en 1972 a las jams que compartió Lionel Hampton con músicos locales como el pianista Manuel Fraga en 1979, hacen de este libro un registro indispensable, que se complementa con fotos del gran Tito Villalba, que además de reportero gráfico era baterista de jazz, y de músicos como Alfredo Remus, Alfonso Fassi, Gustavo Bergalli y Chachi Zaragoza, entre otros».
JOSÉ FAJARDO (España)
Moonchies, de $kyhook
«En la más reciente edición del festival Sónar de Barcelona (un radar fiable para identificar nuevas tendencias) varios productores jóvenes españoles fueron los responsables de calentar el ambiente antes de algunas actuaciones internacionales estelares. Mientras Fake Guido antecedía a Bad Bunny, $kyhook hacía lo propio con Lil Uzi Vert. Aquella fue la carta de presentación para muchos de este productor zaragozano (de nombre real Pablo de Echave) que ya había mostrado destellos de talento en sus colaboraciones con Pedro LaDroga, uno de los cantantes más carismáticos del trap en España. Moonchies es un trabajo importante no sólo para $kyhook sino para toda la escena urbana que ahora mismo domina el mercado entre la juventud. Aquí hay reunido mucho talento y brillan con especial fulgor la cantaora de nuevo flamenco María José Llergo (La sombra) y uno de los MC más personales como es Erik Urano (Moonshine). Ambos abren y cierran el disco, dibujando el concepto del mismo: la oscuridad que se apodera del planeta hasta tragárselo todo. Mientras la realidad en que ahora vivimos desaparece, nos queda disfrutar de la maestría rítmica de $kyhook, quien nos lleva por un decorado de hip hop atmosférico, trap contudente y algún sonido bailable como el de A escondidas junto al rapero de ascendencia marroquí Morad. Junto a ellos aparecen nombres como Aleesha, Dano, Yung Beef, Sticky M.A., Soto Asa e Israel B que en los últimos años están revolucionando la música española».
SARA MELGUIZO (Colombia)
Hatogrande fascina entre ecos de campo y ciudad
«Al norte de Medellín de alma rural y pose urbana, por la larga ruta que llega al mar, se encontraron cinco músicos inspirados por los versos que uno de ellos trajo en su guitarra desde las veredas rurales de Girardota, ese lugar que también fue nombrado Hato Grande. Abrazados por tiples, guitarras y bandolas, delineados por el piano, aireados por voces, kenas y flautas, animados por la diversidad de la percusión convencional y tradicional que suena a semillas, agua y aire, expresando un sonido que contiene implícito el color, y la temperatura del paisaje que los habitó. Poco ajenos a la potencia y resistencia del rock de los años ochenta del sur del Sudamérica y a las corrientes sonoras del Valle de Aburrá que evocaban el trópico y la cordillera.
Los fascina el universo que ofrece la raíz de estas músicas andinas pero no les inspira protegerla o hermetizarla; en cambio sí les inspira impetuosamente recrearla, y reinventarla. Asumen esa raíz en permanente movimiento, como un fenómeno continental que no conoce el concepto de frontera, contribuyendo a ese mágico poder de la migración musical que va tomando y dejando estelas de vibraciones en la intuición de escuchas y creadores. En once años de camino, la banda ha logrado tres trabajos discográficos, cinco salidas internacionales y más de treinta reconocimientos de concursos especializados.
Hatogrande es Nuevas Músicas Andinas Colombianas, confluencia de corrientes de campo y de ciudad, reflexiones a manera de crónica o de ensayo que poetizan las heridas del alma y de los pueblos unidos por lo latinoamericano. Desembocadura de ríos sonoros de pasillos, bambucos, guabinas, cumbias, joropos y rajaleñas».
La Red de Periodistas Musicales en Iberoamérica (REDPEM.IB) tiene como objetivo conectar a los periodistas especializados en música iberoamericana para intercambiar información, generar contenidos, trabajar en conjunto con otras redes (de productores, promotores, agentes de prensa y festivales), facilitar contactos y compartir miradas sobre la profesión y, fundamentalmente, sobre el tema que apasiona a todos, la música.
Fundada en 2015, REDPEM agrupa hasta la fecha a profesionales de Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Brasil, Venezuela, México, Estados Unidos y España y ha participado en distintos mercados y ferias musicales de América Latina (Circulart de Medellín, Colombia; FIMPro de Guadalajara, México y el Festival Jazz Ecuador) realizando talleres, debates y conferencias.