Ajeno a modas, estilos y etiquetas, el inclasificable dúo zaragozano Rosin de Palo sigue a paso firme por su heterodoxo camino con el single Txá Txá Unbe Umdó.
Polirritmias, sintes, autotune ¡y hasta cacerolas! aderezan un desquiciado viaje de los Balcanes a África. Txá Txá Unbe Umdó, el nuevo single de Rosin de Palo –después de aquel psico-pildorazo que fue Chupalagambalamosca–, es un trallazo sónico de corta duración pero largo impacto que deja claro que estamos ante uno de los nombres más heterodoxos de la escena española.
En el nuevo single, el dúo zaragozano reincide en esa experimentación no exenta del toque juguetón marca de la casa. Algo que solo da la solvencia a los instrumentos tras años y años de conservatorio. Pese a su exultante juventud, Mario Vidal a la percusión y Samuel Azorín al contrabajo, no son solo dotadísimos instrumentistas, sino que también comparten inquietudes e intereses con otras rara avis de nuestra escena como pudieran ser Za!, Marco Serrato, Raúl Cantizano o Fasenuova.
El afán experimentador les ha llevado a mezclar en Txá Txá Unbe Umdó la cultura ancestral del ritmo tan habitual en África con los cantos típicos de los Balcanes. No son las únicas influencias que aparecen en este segundo single. Que detrás de ese libérrimo sentido de la musicalidad se encuentre tanto bagaje de estudios les hace citar, entre sus otras inspiraciones, al músico serbio Nebojsa Jovan Zivkovic –uno de los más expresivos y aplaudidos artistas en el ámbito de la marimba y la percusión– y su obra To The Gods Of Rhythm. Lejos de estos chicos quedan los hypes británicos y demás modas del presente.
Txá Txá Unbe Umdó es la primera composición que Rosin de Palo realizó para su inminente álbum de debut. En palabras del dúo: «Esta fue la primera canción que hicimos del disco, en el verano de 2019. Y de alguna manera nos abrió la mente a todo lo que vendría después de este tema, tanto en el aspecto sonoro, como en nuestra manera de trabajar y enfocar las canciones con Sergio (@lacasiadelamusica). Aparecen por primera vez elementos como cacerolas, sartenes, autotune, pedalera de efectos del contrabajo, polirritmias, arreglos de sintes… que serán una constante durante los siguientes cortes del disco».
El videoclip de la canción vuelve a estar firmado por ese casi tercer miembro de la banda: Cosme Pelotillo, otro artista zaragozano polifacético a más no poder. En la pieza audiovisual, a caballo entre el trip lisérgico y la performance arty, también colaboran otros sospechosos habituales del entorno de la banda como Miguel Solans (@maiky_maik) e Ignacio Aparicio (@fluflaina).
Ahora toca esperar el álbum de debut, Lo que dura un recreo, que llegará este otoño de la mano de Lago/Cráter y que por aquí aguardamos con ganas.