Culturas contemporáneas de España y Latinoamérica a diario
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jueves 21 de noviembre de 2024
Redpem

Lo más destacado de 2021 según REDPEM (I)

Como sucede cada final de año, los periodistas afiliados a la Red de Periodistas Musicales de Iberoamérica (REDPEM) vierten sus opiniones acerca de los álbumes que consideraron más destacados en el horizonte de la música que se produce en Latinoamérica y España. Esta es la primera de una serie de entregas, realizadas en exclusiva para Zona de Obras.

 


 

Redpem Raúl Cachay

RAÚL CACHAY (Perú)
Meu coco, de Caetano Veloso
El nuevo disco de Caetano Veloso fue uno de los múltiples bálsamos que nos entregó la música iberoamericana en un nuevo año plagado de dificultades. Escuchar a este cantor y compositor icónico será siempre una actividad atiborrada de placeres y revelaciones, pero hacerlo en una coyuntura de crisis como la que venimos atravesando desde hace poco menos de dos años; y con su primera colección de canciones originales en casi una década, resulta absolutamente esencial.
El Veloso que desvela en Meu coco las múltiples capas de su universo de preocupaciones, afectos y filiaciones es un Caetano inconfundible: ecléctico, maravillado con lo nuevo y agradecido con lo antiguo, omnívoro en sus exploraciones musicales y con los brazos siempre abiertos al aporte de las nuevas generaciones, que en este caso están representadas, como ha venido ocurriendo en sus discos y giras más recientes, por varios de sus talentosos descendientes (Tom, Zeca y Moreno), amén de otros ilustres colaboradores que también podrían ser sus hijos –o nietos–, como el productor Lucas Nunes o la cantante de fado portuguesa Carminho, con quien interpreta a dúo la dramática y bellísima Vocé vocé.
Aunque suena tan heterodoxo y expansivo como los grandes clásicos de la inagotable discografía del artista bahiano, Meu coco es también un reflejo de los tiempos, no solo por las inquietudes sociales y políticas que se encuentran salpicadas en sus letras, sino también por las circunstancias en las que fue concebido y grabado. En primer lugar, fue un proyecto artístico que, como tantos otros, tuvo que ser modificado radicalmente luego de que se desataran las restricciones impuestas por la pandemia de la Covid-19 (originalmente, Veloso pretendía emplear estas canciones en un espectáculo escénico que concebiría junto con la compañía Balé Folclórico da Bahia). El álbum, además, fue registrado íntegramente en un estudio de grabación montado en su casa de Río de Janeiro. No obstante, nada en Meu coco sugiere precariedad o carencias: de hecho, se trata de un disco fastuoso, en el que Veloso ha sabido desplegar la colorida opulencia y la maravillosa amplitud de su registro como vocalista, así como toda la riqueza de sus recursos como compositor. El sucesor oficial de Abraçaço, editado en 2012, es un álbum que alterna gloriosas incursiones en la samba (Sem samba não dá, en cuya letra se toma el trabajo de mencionar a los nuevos ídolos del funk carioca, el trap, el hip hop y otros géneros que el propio Veloso admite haber descubierto gracias a sus hijos) y en los ritmos de Medio Oriente (Ciclâmen do Líbano) con canciones de cuna dedicadas a Benjamin, el más reciente integrante de la familia Veloso (Autocalanto); referencias sonoras y conceptuales a la simiente tropicalista del músico bahiano con cortes perfectamente contemporáneos y hasta inclasificables, como Nao vao deixar, que, con sus delicadas texturas electrónicas y fraseos cercanos al rap, podría haber sido refrendado por algún músico cinco o seis décadas menor…
Como siempre, Caetano aborda en sus letras una abrumadora multiplicidad de asuntos y tópicos, que incluyen ácidas reflexiones sobre la ubicuidad de las nuevas tecnologías («Ahora toda mi historia / es un denso algoritmo», canta en Anjos tronchos), los gigantescos desafíos que se ciernen sobre las generaciones futuras (Enzo Gabriel le debe su título al nombre más popular entre los niños brasileños que llegaron al mundo en los años 2018 y 2019) o la eterna discusión en torno a la raza y el racismo en la sociedad de su país (Pardo). Todas estas canciones están impregnadas del sentido del humor, la inteligencia y la empatía que Veloso no ha dejado de acumular durante su extenso periplo por los estudios de grabación y los escenarios del mundo. Meu coco es un disco impulsado por la curiosidad, sin duda, pero también por la necesidad de reconocer un linaje y una herencia común: allí radica buena parte de su insondable atemporalidad. Y la mejor muestra de ello quizás sea GilGal, un tema estructurado sobre la base de la percusión del candomblé que incluye en sus estrofas una enumeración de otros nombres emblemáticos de la MPB y la cultura brasileña en general, como Milton Nascimento, Wilson Batista, Jorge Ben y Djavan.

Deja, de Bomba Estéro
La contraçeña, de Califato 3/4
Malandro 5 estrelas, de Índio da Cuíca
Mito, de La Lá
¿Será que ahora podremos entendernos?, de Mabe Fratti
Clamor, de Maria Arnal i Marcel Bagés
Drama, de Rodrigo Amarante
Fresia Magdalena, de Sofía Kourtesis
Palabras urgentes, de Susana Baca
Puta, de Zahara

 


 

Catalina Maria Johnson REDPEM

CATALINA MARÍA JOHNSON (Estados Unidos)
Una rosa, de Xenia Rubinos
El universo sonoro de Xenia Rubinos cuelga de un péndulo que oscila entre el pasado y el futuro y en diálogo constante entre lo acústico y lo electrónico, lo personal y lo político. En su fascinante tercer álbum, Rubinos filtra una serie de elementos musicales que evocan su ascendencia caribeña –fuertes matices de Puerto Rico y Cuba– por un prisma que ilumina aspectos de ese legado tal y como sobreviven en ambientes de la diáspora que responden a la presencia latina, en el mejor de los casos, con incomprensión, y en el peor, con hostilidad y desprecio. Los acordes de sus composiciones viven en un vaivén entre dos idiomas, meciéndose al compás de cierta melancolía nostálgica y la expresión de una rabia digna. En los espacios musicales de los catorce temas del álbum, los sintetizadores, autotune, r&b, mid-tempo, jazz, hip hop, la clave, el bolero y el danzón y aún otros elementos, interactúan de una manera altamente dramática. Como ejemplos: en Una rosa, la canción titular, incorpora el tarareo de un danzón del puertorriqueño Jose Enrique Pedreira cuyas notas tintineaban de una lámpara que le pertenecía a su bisabuela. En Who Shot Ya, Rubinos denuncia el asesinato de la afroamericana Breonna Taylor a manos de la policía, y al igual, el encierro en jaulas de niños latinoamericanos en la frontera, en un magistral intercalar de frases de Bob Marley con versos del poeta cubano José Martí. Don’t Put Me In Red, rechaza que la cataloguen en lugares comunes al siempre querer iluminar sus escenarios en luz rojiza, por catalogarla de «latina picante». El tema Sacude es una electro-rumba cubana bilingüe y a la vez un lamento acongojador contra una existencia dura. Ay hombre, ofrece todo una lección en catarsis y la voz cristalina de Rubinos, inmersa en contextos experimentales y electrónicos, impulsa este deliciosamente extraño bolero raja venas estilo Siglo XX. Además de ser un placer auditivo experimentar el surrealismo mágico y electro-caribeño de Una rosa, sus temas nos ofrecen la esperanza de una alquimia artística que puede transformar toda experiencia difícil en belleza.

Far In, de Helado Negro
El alimento, de Cimafunk
El madrileño, de C. Tangana
Embruxo, de Baiuca
Ancestras, de Petrona Martínez
Tempo, de Dom La Nena
Palabras urgentes, de Susana Baca
Suba, de Omar Sosa y Seckou Keita
Desafío candente, de Gustavo Cortiñas

 


 

Juan Carlos Hidalgo Redpem

JUAN CARLOS HIDALGO (México)
City Of Mirrors, de Dos Santos
Para el guitarrista, cantante, compositor e investigador Alex Chávez, el hombre que encabeza a la banda de Chicago, el asunto está claro: «Para nosotros la frontera no es una metáfora… nuestra gente la ha cruzado y lo seguirá haciendo; nuestras historias están cubiertas con sus residuos».
Y a partir de tal noción conformó City Of Mirrors, el segundo álbum de una banda con raíces mexicanas, puertorriqueñas y panameñas, y que aprovecha la riqueza cultural y musical de la provienen para hacer una mezcla de psicodelia, rock, folk, algo de surf y un poco de jazz juguetón.
Dos Santos apela a la literatura para enriquecer su estética en cuanto a las letras, mientras que a la influencia de la música anglosajona –especialmente el rock–, la hacen eclosionar con folclore traído por la gente que viene del centro del continente y del Caribe.
Se trata de un álbum de psicodelia tropical que emana de trece canciones, entre las que destacan A tu lado –una cumbia evolucionada– y el tema titular. En toda la entrega sobresale la gran capacidad técnica de los músicos que poseen ese sabor latino y tropical, aplicado a un menjurje cadencioso, pastoral e hipnótico.
Lo que hace este quinteto nos remite tanto de Fleet Foxes como al Son jarocho con resabios de salsa, pasajes de afrobeat y chispazos de spoken word. Resalta también que están firmados por un sello que se dedica al jazz contemporáneo más innovador, y ello se debe a la influencia tanto de Marc Ribot como de The Mars Volta.
Latinoamérica como un territorio cultural e ideológico en progresión –más allá de la cuestión geográfica– y que pese a las dificultades enfrenta al porvenir: «Caminando a tu lado fui conociendo la historia, de tiempos y pasados… y futuros que no ha llegado».

Dos Santos City Of Mirrors

El madrileño, de C. Tangana
Cable a tierra, de Vetusta Morla
Clamor, de Maria Arnal i Marcel Bagés
Batea, de Bejuco
El año del tigre, de Apartamentos Acapulco
Gilda 25 años, de varios artistas
Embruxo, de Baiuca
Fresia Magdalena, de Sofía Kourtesis

 


 

Humphrey Inzillo Redpem

HUMPHREY INZILLO (Argentina)
El madrileño, de C. Tangana
Se puede entender a El Madrileño como un eslabón más en una saga de álbumes que establecen un árbol genealógico en la fusión del flamenco con otros lenguajes musicales. El listado, caprichoso e incompleto, incluye a experiencias vinculadas al hip-hop, como Malamarismo (2007), de la Mala Rodríguez y Trabajito de chinos (2008), de La Shica; el mestizaje de Techarí (2006), de Ojos de Brujo; la experiencia jazzera de Martirio junto al trío del pianista Chano Domínguez, en el indispensable Coplas de Madrugá (1997); el blues gitano que inventaron los hermanos Rafael y Raimundo Amador al frente de Pata Negra en la década del 80; Achilifunk (2007), la compilación de gipsy soul de la década del 70 realizada por el diseñador y DJ Txarly Brown para el sello Love Monk; El Jazz Flamenco del saxofonista Pedro Iturralde en los 60, acompañado por un jovencísimo Paco de Lucía; y hasta con las históricas grabaciones de 1956, del legendario vibrafonista Lionel Hampton en Madrid, fusionando el jazz y ritmos latinos como el mambo con las castañuelas de María Angélica y el piano de Teté Montoliú como créditos locales.
El Madrileño es un ejercicio de regionalismo crítico que une las raíces flamencas, la escuela del trap y el hip-hop y los ritmos latinos. Un álbum transoceánico, que incluye una imponente lista de colaboraciones. José Feliciano, Toquinho, Pepe Blanco, Elíades Ochoa, Andrés Calamaro, Jorge Drexler, Gipsy Kings, Kiko Veneno, Niño de Elche, La Húngara son algunos de los artistas que aportaron a este álbum con destino de clásico. Quizás por eso, la portada es un retrato de C Tangana pintado al óleo, con maestría, por el artista Iván Floro. El Madrileño una obra conceptual que trasciende el formato del objeto antes llamado disco. Cada una de sus canciones tiene un correspondiente clip que, visto de corrido, es casi como una película. Una narrativa en paralelo que redimensiona las canciones de un álbum canónico.

C. Tangana El Madrileño

Siervo, de Palo Pandolfo
Axelotl, de Axel Krygier
Cancionero federal, de Pablo Dacal con las guitarras de Guerra-Sleiman-Semartín
Meu coco, de Caetano Veloso
Portas, de Marisa Monte
Piazzolla 100, de Escalandrum
Paz en la tierra, de Meridian Brothers y Conjunto Media Luna
Oscuro éxtasis, de Wos
El disko, de Ca7riel
Asoma, de Clan Caimán

 


 

REDPEM Mercedes Sanz

MERCEDES SANZ (Venezuela)
Concorde, de Sr. Presidente
Guitarras punzantes y rockeras se frenan para ejecutar una suerte de bossa nova en Presencias. Un piano envolvente resalta en medio del ambiente hipnótico, tejido por el jazz latino y el smooth jazz. Es María, sencillo que tiene reminiscencias de la etapa experimental de la banda venezolana Guaco. Por otra parte, el sosiego se asoma en Joya y Un gran espíritu azul. Y así, cada obra es un microcosmos que compone el universo sonoro de un disco ecléctico y retro como lo es Concorde, el más reciente trabajo de Sr. Presidente, el alter ego de Heberto Áñez Novoa.
Es un álbum conceptual, lleno de pop electrónico de los 90, texturas futuristas y nostalgia zuliana. Son diez temas distribuidos en dos partes: Desechable e Inmaculado. El primer corte reúne las piezas cantadas y el segundo, las instrumentales. Todas son composiciones del músico venezolano.
Las letras de Desechable hablan de encuentros, añoranzas, posibilidades y de situaciones personales del artista. Son narraciones cinematográficas que dan cuenta de las vivencias y la dimensión humana. Mientras que Inmaculado es lo contrario. Aquí se aborda lo abstracto, lo lúdico y lo inasible. Es un espacio destinado a las sensaciones. Ambas facetas se contraponen y complementan.
Concorde hace alusión al viaje del músico –quien reside en México– y, a la vez, es acuerdo entre dos partes diferentes: lo conocido y lo incierto.

Sr. Presidente Concorde

El madrileño, de C. Tangana
Maradentro, de Telmary
Ancestras, de Petrona Martínez
Meu coco, de Caetano Veloso
Mito, de La Lá
Paz en la tierra, de Meridian Brothers y Conjunto Media Luna
Siervo, de Palo Pandolfo
Vocal, de Alejandro Zavala

 


 

José Manuel Gómez Gufi Redpem

JOSE MANUEL GOMEZ GUFI (España)
El alimento, de Cimafunk
Mal año para viajar de aquí para allá (y de fuera para acá) así que nos fiamos de los discos. Ha sido un buen año para las fronteras del flamenco que han visto estimulantes producciones especialmente desde el jazz, mientras que documentales como Trance han recorrido festivales para llegar a las pantallas de los cines en 2022.
Uno no sabe lo que es la música cubana hasta que no ve a los grupos en directo y ponen las canciones y los conceptos en órbita. Así que vimos a Cimafunk para confirmar que es la nueva referencia de las músicas bailables del planeta. La colaboración con George Clinton (Funk Aspirin) despeja todas las dudas posibles. Algo que está por ver en el caso de C. Tangana (el directo), pero no es la primera vez que Pucho supera las expectativas. Mención especial para el proyecto de Tino di Geraldo que ha logrado poner a Van Van por bulerías, a Peret por el «funky» y flamenquear por la legítima a Nine Inch Nails. Repito por si no podemos viajar: No olviden de apoyar al talento local, nos jugamos su futuro (y el nuestro).

Cimafunk El alimento

Concert bal, de Tino Di Geraldo
El madrileño, de C. Tangana
Zyriab, de Juan Carmona
Salazar, de Salazar
Al toque, de Pablo Martín Caminero
Maradentro, de Telmary
Salvaje moderado, de Gautama del Campo
Supernova, de Cristian de Moret
Pureza, de Queralt Lahoz

 


Sobre REDPEM
La Red de Periodistas Musicales en Iberoamérica (REDPEM.IB) tiene como objetivo conectar a los periodistas especializados en música iberoamericana para intercambiar información, generar  contenidos, trabajar en conjunto con otras redes (de productores, promotores, agentes de prensa y festivales), facilitar contactos y compartir miradas sobre la profesión y, fundamentalmente, sobre el tema que apasiona a todos, la música.
Fundada en 2015, REDPEM agrupa hasta la fecha a profesionales de Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Brasil, Venezuela, México, Estados Unidos y España y ha participado en distintos mercados y ferias musicales de América Latina (Circulart de Medellín, Colombia; FIMPro de Guadalajara, México y el Festival Jazz Ecuador) realizando talleres, debates y conferencias.