Como sucede cada final de año, los periodistas afiliados a la Red de Periodistas Musicales de Iberoamérica (REDPEM) vierten sus opiniones acerca de los álbumes que consideraron más destacados en el horizonte de la música que se produce en Latinoamérica y España. Aquí, la segunda parte del reporte sobre 2021, realizado en exclusiva para Zona de Obras.
GABRIEL PLAZA (Argentina)
Siervo, de Palo Pandolfo
El 22 de julio de 2021 a las 13:35, Palo Pandolfo envío un mensaje al chat que tenían todos los integrantes de su grupo La Hermandad, con el que no ensayaba desde marzo. «Se nos congeló La Hermandad. Hay que hacer un fuego para derretir el hielo», escribió. «De repente el chat se activó y eso derivó en una catarata de mensajes hermosos charlando con Palo», dice Gerardo Fernandez, tecladista de La Hermandad, el último grupo que acompañó al autor de Ella vendrá, un himno del rock argentino de los años 80. En ese momento, ninguno de los que estaban en el chat lo sabía: era una despedida. Una hora después Palo cayó fulminado por un paro cardíaco en la calle Vélez Sarsfield al 5200, en el barrio de Almagro. Tenía cincuenta y seis años y su música había dejado una huella tan profunda como un meteorito caído a la tierra.
Un mes antes había terminado de grabar su disco solista, con la producción artística de Juan Belvis, once canciones nuevas que empezó a modelar en setiembre de 2020 en su computadora y terminó siendo su legado. Siervo, el disco póstumo de Palo Pandolfo, que editó el sello S-Music, es la condensación de su espíritu libre como cantor y profeta en estado de gracia, acompañado de todos los elementos que lo rodearon desde siempre, el fuego y la madera, la montaña y el suburbio, el viento y la tempestad, la raíz folclórica y el volcán eléctrico del rock, la risa y el llanto, la poesía y la espiritualidad. El disco es una panorámica de toda su vida: Don Cornelio y la Zona, Los Visitantes y el sonido de sus grupos como solista, La Fuerza Suave y La Hermandad, aparece en el ADN del álbum Siervo. Palo, reaviva la llama de todas esas etapas en las once canciones del disco, pero resumidas es un solo fuego que arde, de la sublimación del dolor a la redención de los milagros cotidianos, pequeñas luces, señales, que dejó en el camino, en esa capacidad de ver más allá.
El disco abre con Doble corazón. Es un Palo despojado con la voz temblorosa, la guitarra criolla como compañera, que atravesará el sonido electroacústico de todo el disco, cantando a la intemperie como un monje budista: «No tengo casa, no tengo celos. Toda mi vida en una flor». En Párpados abiertos, es el punk nómade y moderno, una mezcla de beatnik y criollo psicodélico, con Fito Páez como invitado. En Ovni, es el hombre que mira más allá de las estrellas, creando su propio viaje en la tierra, entre una melodía de acordes menores y el efecto espacial que logran el chelo y los teclados. En El alma partida, una balada de duelo totémica, como las de Leonard Cohen, es pura catarsis emocional. En La idea, es el artista que encarna la pérdida del amor en un réquiem de carácter confesional que transforma en un himno de redención a dúo con Mora Navarro. En Endemoniado, es el ojo testigo del lado oscuro de la vida, una elegía de sonido postpunk, que cabalga sobre un ritmo de seis por ocho. En El viento, es canción folclórica, corazón latinoamericano, pura fuerza de la naturaleza y diáspora flamenca con la voz de Sofía Viola. En Tu amor, es el sonido indie del presente resonando junto a Santiago Motorizado de El Mató y la cantante Hilda Lizarazu. En Fe, otra de las grandes canciones del disco que se despliega sobre un ritmo mántrico y espiritual, es energía de milonga, como un profeta existencial de La Pampa. En Madrigal, es un cuerpo que vibra en el rezo de despedida para un chico muerto en el conurbano bonaerense con los grillos de fondo y el ladrido de un perro.
Humo al aire, es la última canción del disco. El principio del final. La despedida. Palo canta como desvaneciéndose entre la materia, en un tono medio de transición a otro plano: «Como pavo real, floto en cadencia, atmosférica, que me llevan al final. En el viento vivo, te buscaré».
Siervo, su último disco es la celebración del espíritu. Palo Pandolfo ya es canción en el viento.
• El regreso, de Orozco – Barrientos
• Meu coco, de Caetano Veloso
• Seis, de Mon Laferte
• El madrileño, de C. Tangana
• Vidala en mi zamba, de Eva y Nadia
• Cucus, de Juli Baraville – Juanpaio Toch
• Criolla, de Barbarita Palacios
• 1972, de Raly Barrionuevo
• Evocación del carnaval, de Santiago Arias
LARA LÓPEZ (España)
Compañera de este viaje, de Manuel García
Este año he escuchado muchas veces Compañera de este viaje. He hablado y escrito sobre él y sobre (y con) su autor, el chileno Manuel García. Como nos contó a Gabriela Robles, Mavi Martínez y a mí misma en el que fue primer encuentro digital de la REDPEM, este disco –registrado en medio de una pandemia por Covid-19 y en los días inmediatamente anteriores a que Chile votara a favor de una nueva constitución, tras meses de luchas en las calles del país– suponía celebrar su cincuenta cumpleaños, pero también concretar un proyecto de largo aliento, ya que fue fraguado en la cabeza y el corazón de su yo adolescente, guitarra en mano, descalzo en los cerros de Arica. Y ha llegado intacto a su mundo de adulto a través de la poesía de Lorca, los quejíos de Camarón y las batallas por perder del siempre ganador Don Quijote de la Mancha.
Hay cosas que han cambiado mucho en estos meses. El horizonte de expectativas para la cultura parece presentarse más despejado y luminoso, pese a la variante Ómicron y a que gran parte del planeta siga sin poder vacunarse. El número de actuaciones de García en Europa en 2021 puede que haya superado las que ha podido ofrecer en su propio país. Un Chile que, mientras escribo estas líneas, acaba de elegir a un nuevo presidente. Quizá este crucial momento de la historia de su país lo sea también para que el público de ambos lados del planeta conozca y disfrute de un trabajo rotundo y valiente. No en vano este álbum cristaliza el talento, la tenacidad, la visión de conjunto de un intérprete inconformista y un compositor audaz.
Y, ya que estamos, les propongo que le conozcan un poco más a través del documental Clúster & Manuel García, Una historia en tres canciones dirigido por Soledad Silva y Paula Talloni, que narra su encuentro con una banda de jóvenes músicos ciegos en el proceso de grabación de unos temas conjuntos.
En un año en el que se han publicado muchos discos que habría querido reseñar para ustedes, me he decantado por este por numerosas razones (una guitarra sola, una preciosa y afinada voz, una producción limpia, temas universales, poética sin alharacas) porque en esta colección de canciones en las que hay más silencios que notas y palabras, como el mismo García nos aseguró a mis compañeras y a mí en aquella conversación, encontrarán, junto al arrebato flamenco y el oficio de la guitarra, la verdad y el compromiso cervantinos y el duende del romancero lorquiano.
• Clamor, de Maria Arnal i Marcel Bagés
• Hambre, de Kiko Veneno
• Como la piel, de Rita Payés y Elizabeth Roma
• Amour eta toujour, de Rúper Ordorika
• Crema, de Tu Otra Bonita
• La sangre del mundo, de Muerdo
• Kiribati, de Guillem Roma
• Embruxo, de Baiuca
FERNANDO ROSA (Brasil)
OXEAXEEXU, de BaianaSystem
La banda BaianaSystem, como dice su nombre, es una usina de sonidos que emergen de la Bahía clásica, negra y latina; la tierra de Dorival Caymmi, João Gilberto, Gilberto Gil y Maria Bethania, entre otros. Surgido en 2009, en 2016 el grupo ganó visibilidad internacional gracias al éxito de su canción Playsom, incluida en la banda sonora del juego FIFA 16. En 2019 lanzaron su ya clásico álbum O futuro não demora, premiado con el Grammy Latino al Mejor Álbum de Música Alternativa en Lengua Portuguesa. Con su nuevo disco, OXEAXEEXU, lanzado en 2021, la banda avanza en su exploración de sonoridades brasileñas, latinas y africanas –enérgicas, percusivas y bailables. Producto de una costura de registros grabados en tres momentos diferentes, el álbum aporta una síntesis instrumental y poética de la música moderna brasileña. Y, más que eso, eleva la conexión de Brasil con el continente sudamericano, desafiando la xenofobia de los «invasores» actuales del país. Su texto/poesía está repleto de referencias, citas históricas y declaraciones en defensa de los pueblos latinos. El disco OXEAXEEXU es un soplo de vida para la resistencia política, cultural y musical de los pueblos que le dan crédito en su identidad y soberanía.
• Paz en la tierra, de Meridian Brothers
• Casa Francisco, de Francisco El Hombre
• Canciones sobre una casa, cuatro amigos y un perro, de Santiago Motorizado
• Cable a tierra, de Vetusta Morla
• Eu tenho a senha, de João Gomes
• Eletrocarimbó, de Lia Sophia
• Viaje tropical, de Maurício Mesones
• SHH…, de Sidoka
• Eduardo, de Ed Maverick
ZOILA BENITO (Perú)
Mito, de La Lá
Dicen que en las madrugadas son los momentos en los que las personas tenemos más capacidad para concentrarnos. Es allí que el silencio no se mezcla con las bocinas de carros y conversaciones ajenas o, como, para Giovanna Núñez, más conocida como La Lá, era el tiempo donde podría dedicarse enteramente a terminar su tercer álbum en medio de la pandemia.
Mito es una producción versátil, donde la artista juega con géneros musicales que van desde la bachata, guaracha, salsa, trova y hasta el indie rock. Asimismo, pese a que escuchamos en cada uno de los temas una voz que muestra agudeza y fragilidad, esto no significa que hay temor de decir lo que ella piensa: «En este disco, cuestiono la visión de la naturaleza como una cosa, de la mujer como una cosa, del ser humano como un explotador por naturaleza. Lo que propone el disco es una fe en nuestra propia alegría, vitalidad. Siento que nos roban este espacio de desear, vivir mejor, tener tiempo, conectar con el mundo y con otros y que es un derecho, porque eso es lo que el ser humano necesita», reflexiona La Lá en una entrevista al diario peruano La República.
Mito empieza con Amistad, donde la oración «El día y el monte se unen en la cima canta cristalina el agua del arroyo» te hipnotiza a seguir su ritmo, al igual que la guaracha que empieza en los primeros segundos y que sorprende al pensar que se trataría de la voz de La Lá con una guitarra acústica. Esto nos recuerda que ella contó que la grabación de las canciones la realizó con músicos a distancia, lo que le permitió generar una instrumentalización más rica, como se evidencia en este tema. Luego viene Amada con una atmósfera más parsimoniosa, donde pretende hacer una oda a la tierra y busca la permanencia del color. En otras palabras, de priorizar lo que nos permite relacionarnos de la manera más pura con la naturaleza. Milagros es una bachata dedicada a la esposa de su primo recientemente fallecida, de allí también el nombre. No es uno de los temas más fuertes del álbum, pero sí cumple con la premisa de canción de amor bañada con melancolía. La despedida transita por otro camino: uno indie rock. Allí se percibe más cómoda a la cantante y también es uno de los géneros donde su calidad compositiva y voz resaltan más. Definitivamente, es uno de los temas favoritos.
Cara nos sorprende con sonidos ambientales de la ciudad, mientras la artista cuestiona su presente y futuro. En Morir soñando diversos instrumentos confluyen entre la trova y la salsa, mientras asegura que encuentra al amor como un «error fatal». Milonga es otro de los temas que más destaca. Una composición sincera y simple (si la comparamos con las que conforman Mito) y con momentos más soft rock.
Llegando casi al final del álbum encontramos Abuela con una guaracha y una narración que imaginamos podría ser cantada más por una artista centroamericana, por los acentos e historia que proyecta. Paracas cavernas, penúltima canción de esta producción, según la artista «habla sobre el hogar, que se supone que es bonito y bueno, y todo está bien; pero todo el sacrificio de tiempo, de salud, de vida, que representa para una mujer hacerse cargo de todo, eso es algo que no se quiere nombrar», indicó en una entrevista para el diario peruano El Comercio.
Este tema concluye con una voz que grita y llora palabras indescifrables y balbuceantes. «Me decía a mí misma que, si no puedo expresarme en el lenguaje en el que yo hablo, y si lo decimos todas, la respuesta sigue siendo “ay, no jodas”, pues entonces me dije que ya no importa el idioma, que iba a decirlo con mi alma», aseguró. Al final encontramos Mito entre guitarras y cierto misterio. Esta canción, y el álbum en general, nos deja con ganas de volver a explorar el lado más versátil de La Lá, pero también con la sensación de que la producción que le sucederá no nos defraudará.
• El madrileño, de C. Tangana
• Vice versa, de Rauw Alejandro
• Far In, de Helado Negro
• El alimento, de Cimafunk
• Puta, de Zahara
• Paz en la tierra, de Meridian Brothers y Conjunto Media Luna
• Changüi: The Sound Of Guantanamo, de varios artistas
• Templo Komodo, de Briela Ojeda
• Cinema, de The Marías
• Mira lo que me hiciste hacer, de Diamante Eléctrico
BETTO ARCOS (Estados Unidos)
Maradentro, de Telmary
Maradentro es el título del más reciente álbum de la gran figura del hip hop de Cuba, Telmary Díaz. Si alguien pensó que ya no se podía superar al anterior álbum, sin duda estaba «Equivocao» –nombre del tema que aparece en este disco en una nueva y explosiva versión. Anclado con mucha potencia lírica y vocal de Telmary, Maradentro también está arropado con grandes figuras de la música cubana: Omara Portuondo, Yusa, Pedrito Martínez, Osain del Monte y Alexander Abreu, entre otros. Aquí hay ritmo y poesía, una samba, un bolero y mucha rumba. Escribe Telmary en el texto que lo acompaña: «Maradentro voy, el mar me lleva y me trae, me aleja y me acerca a lo que quiero, me conmueve con su grandeza y me da la energía y la paz para la creación. Como criatura de isla, rodeada de agua permanentemente, ella es mi frontera y mi reto. Soy líquida y fluyo, como la marea, a veces bravía, suave a ratos, de acá para allá y viceversa entre géneros musicales, países, algas, peces y caracolas».
• Las chiapanecas, de Vico Díaz
• Voy pa’ allá, de Semblanzas del Río Guapi
• Changüi: The Sound oOf Guantanamo, de varios artistas
• La música andina colombiana de Terig Tucci , de Quinteto Leopoldo Federico
• Umbral, de Sofía Rei
• An East African Journey, de Omar Sosa
• Portas, de Marisa Monte
• Templo Komodo, de Briela Ojeda
• El alimento, de Cimafunk
DIEGO LONDOÑO (Colombia)
Aranjuez, de Alcolirykoz
Alcolirykoz es un proyecto musical que llega directamente desde las lomas empinadas de la barriada en la ciudad de Medellín, Colombia. Hacen rap, aunque no se limitan a eso, y la salsa, el bolero, la música cubana, el rock y hasta la música tropical colombiana se inmiscuyen en su sonido.
La trayectoria de los Alcolirykoz es amplia, han logrado poner a cantar a toda Colombia y ahora van con la mira puesta en Iberoamérica, seguro lo lograrán.
Ahora consolidan una placa discográfica que retrata su cotidianidad en el barrio Aranjuez, un barrio que ha recibido el conflicto de primera mano, y que a su vez ha sido el barrio rapero por excelencia en Medellín, además de ser la casa del artista de Colombia, el maestro Pedro Nel Gómez.
Una nueva oda a la calle, a la rima, al boom, el clap, al buen gusto musical y a las historias que describen nuestro sentir latinoamericano desde el rap. Los Alcolirykoz nos tienen acostumbrados a buenos discos, a discos cronistas y folclóricos, a producciones que hablan de nuestras penas, nuestros lamentos, alegrías y por supuesto nuestra manera fiestera de bailarnos el dolor. Este, más que un disco colombiano, es un disco barrial que reafirma la premisa, «Habla de tu aldea y serás universal».
• El madrileño, de C. Tangana
• Meu coco, de Caetano Veloso
• Siervo, de Palo Pandolfo
• Ancestras, de Petrona Martínez
• Bailando bailando, de Lucio Feuillet
• Templo kómodo, de Criela Ojeda
• Paz en la tierra, de Meridian Brothers y Conjunto Media Luna
• Deja, de Bomba Estéreo
• Niñxs rotxs, de Mabiland
La Red de Periodistas Musicales en Iberoamérica (REDPEM.IB) tiene como objetivo conectar a los periodistas especializados en música iberoamericana para intercambiar información, generar contenidos, trabajar en conjunto con otras redes (de productores, promotores, agentes de prensa y festivales), facilitar contactos y compartir miradas sobre la profesión y, fundamentalmente, sobre el tema que apasiona a todos, la música.
Fundada en 2015, REDPEM agrupa hasta la fecha a profesionales de Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Brasil, Venezuela, México, Estados Unidos y España y ha participado en distintos mercados y ferias musicales de América Latina (Circulart de Medellín, Colombia; FIMPro de Guadalajara, México y el Festival Jazz Ecuador) realizando talleres, debates y conferencias.