Poesía impertinente, música sintética. La madrileña Ángela Pardal, montada en la ola de la palabra, coherente como un piano bien afinado. Se acerca al spoken word. Regresa con Nuevos días, adelanto de su segundo disco: un salvaje recitado sobre una base industrial.
Qué: Disco (Raso Estudio)
La llegada de febrero, los Nuevos días de Ángela Pardal, el segundo adelanto de lo que será su segundo LP de estudio. Bases rítmicas que sacuden con energía la lírica desbocada que surge de la artista madrileña. Rock recitado, hip hop poético, spoken word de la escuela de Lydia Lunch y la no-wave neoyorquina, Patti Smith y la línea que une a Miriam Reyes con Kae Tempest. Flores y nacimiento, cada mañana es una oportunidad de jugar con el destino.
El año había comenzado con Flores, palabras que imagina una oportunidad entre la melodía y la rabia. Imágenes que avisan de la llegada de la tormenta. Eurythmics y Kraftwerk, en un atajo industrial. Hace dos años aparecía Alas, un viaje confesional al interior de Ángela Pardal, donde los ritmos sintéticos se mezclaban con la lírica más orgánica.
Cajas de ritmo perdidas, libros de poemas se segunda mano, sed que no se apaga nunca. Sintetizadores y micrófonos para una identidad que se defiende como se defiende la libertada, con un teclado de juguetes y los discos de madurez de Leonard Cohen. Decir verdades susurrando. Que griten las máquinas. Que besen las personas.
