Decían que la máquina estaba encerrada, perdida en el desierto, esperando algo de gasolina para el alma. No, nada de eso era cierto. Solo dormía, regresando desde las entrañas: llega Máquina que no para, lo nuevo de Surfin’ Bichos.
«En la Ciudad de R’lyeh, Surfin’ Bichos, espera soñando». La banda de Albacete hizo punto y aparte, ahora entona la primera letra mayúscula del nuevo Evangelio: rock de los 90, estribillos contundentes, letras a la altura de la paranoia social y con un punto de metáfora visceral.
Son tres décadas desde el nacimiento de la Bestia, así que Máquina que no para tiene algo de memoria y metaliteratura, de recordar el porqué de seguir en esto, inmediatos, claros, como cuando la Movida agonizaba y ellos hicieron indie en español, ellos escupieron las palabra adecuadas.
La voz de Alfaro, las guitarras de Pascual y la sección rítmica de Cuevas&Mora. Ellos ordenaron los huesos como si fuera una pista de aterrizaje, ellos sembraron de sangre el camino para esta máquina, más allá de Mercromina, de Chucho o de las aventuras solistas, el láudano puro vuelve y se te mete bajo la piel.
Máquina que no para tiene una batería apocalíptica, guitarras que derrumban muros y una voz agónica que se tatúa en el cerebro del oyente. Cuánto se le ha extrañado. Está de vuelta y tiene ganas de pelea. Y esos coros de Isabel de León acompañando la voz del ángel turbio.
Ha pasado el tiempo, pero solo para mejor. Solo es el primer single, del disco se sabe que está producido por la banda y Fino Oyonarte y la portada es obra de Joaquín Reyes. Ya hay una fecha confirmada en directo: el próximo 18 de mayo dentro del ciclo Sound Isidro.