Después de ver este vídeo, ya no queda duda: La Bien Querida Ana Fernández-Villaverde es una criminal y anda muy avanzada en su intento de dominar la conciencia colectiva; el disco del año pasado, Ceremonia, lo prueba, y este tema, con el bajo clavadito a Simon Gallup para el arranque, lo corrobora. Ernest Desumbila es su cómplice: el encargado de armar y animar el storyboard. Ana viene de la pintura y ahora ataca con el micrófono: Ernest es un cinéfilo que cree en los homenajes explícitos y en las cosquillas a las meninges como arma arrojadiza. Por eso ha puesto ante su cámara a Yara Oliveira, con su pelo azul eléctrico de corte Cleopatra, la gabardina, los pies desnudos, los ojos hechiceros, el baile desmañado y la espada de Hattori Hanzo para disuadir a los seres que emergen de las sombras en un legítimo intento de abortar el plan. Ernest se hace su película, con héroe circunstancial incluido para guardar una parcelita de dignidad a su sexo en esta elegante epopeya de feromonas: la cabeza de la chica reposa un momento en el hombro del mozo hierático, como en Lost in Translaton. Luego está la moto, el croma con la carretera atrás a la manera de los clásicos, los créditos de western, Tarantino y Lauzon… lo dicho, un desvergonzado complot para dominarnos. Lo están consiguiendo… lo están consiguiendo…