Asomando tímidamente desde Morón, localidad del oeste del conurbano de Buenos Aires, Coiffeur pidió la palabra por primera vez en 2005, armado de melodías y arpegios enmarañados, y sobre todo de una sensibilidad expuesta que fue su marca principal. Años después, tras dos discos equidistantes, el cantautor folk suburbano muestra su faceta pop. Y lo hace amparado en la escena chilena, donde las canciones pop de laboratorio tienen establecida su capital. Una buena muestra es la publicación de su EP Nada (2012) para el sello trasandino Quemasucabeza, del que ahora se desprende el vídeo de Mientras tanto. La dirección estuvo en manos de Luciano Rubio, colaborador de artistas chilenos como Caravana, Gepe, Fernando Milagros y Nano Stern, entre otros, y muestra un personaje bastante extraño, cubierto de pelo de pies a cabeza, recorriendo Santiago de Chile en un día normal: se levanta de la cama, se lanza a las calles, baila, hace música, se toma un trago. Lejos de ser profeta en su tierra, Coiffeur parece haber encontrado su segundo hogar del otro lado de la Cordillera.