El grupo cordobés se ha aliado con la británica María Mochnacz para ponerle colores y gráficas a una historia que mezcla el mito de Ícaro con la evocación del poderoso vuelo del águila sobre la Tierra.
El advenimiento de las cordobesas es una de las noticias musicales más interesantes de las acaecidas en España durante los últimos años. No se parecen a nadie, para empezar: suenan a ellas mismas, y también saben trasladar sus historias al videoclip de un modo único. En esta Oda a América, que narra la historia de un águila que se derrite con el sol naciente, han buscado a la británica María Mochnacz (compinche habitual de PJ Harvey y Giant Sand) para un trabajo que ha llevado casi un año, y que se fundamenta en el despliegue cromático, la fotocomposición, una edición brillante y una imaginación que desborda. Las escenas se suceden con celeridad, y los props menudean: desde material escolar infantil de colores a fichas de Scrabble, imanes, plumas, bolígrafos o cuentas: la modelo sobre fondo blanco se viste de colorido y asume poco a poco (en stop motion, básicamente) su condición de águila. Los coros naif de Prin’ La Lá acompañan el proceso.