La complejidad pop que envuelve las melodías simples y pegadizas del grupo argentino parece haber encontrado un lenguaje audiovisual a la altura de su búsqueda. El vídeo de uno de los cortes de su nuevo disco es la mejor prueba.
Rosal tiene un largo historial en el derrotero de la canción independiente argentina: con la dulce voz de María Ezquiaga como carta de presentación, por debajo de lo más reconocible fluye un mundo musical poco habitual y definitivamente original. Lo del grupo no es hacer las cosas del modo habitual, sino buscar la belleza en gestos transversales, exponiendo su sensibilidad de un modo complejo pero de digestión simple a la vez. No es traición, vídeo de la canción que se extrae de su último disco, el recomendable Un fuerte en el corazón, lleva esa búsqueda al lenguaje audiovisual, y lo cierto es que le sienta muy bien. Si la canción se construye sobre un ritmo pop, aunque de arquitectura musical y rítmica compleja, el videoclip funciona con la misma sencillez enrevesada: la cámara de Luciana Damiao, la realizadora, parece haber comprendido la esencia del grupo para traducirla en cortes atrevidos, planos inesperados y cuadros dentro de cuadros que parten pantallas y desafían a los lugares comunes, tal y cómo Rosal viene haciéndolo con sus canciones desde años.