Como todo lo que hace, la extraña y fascinante cantautora argentina vuelve a sorprender con un clip de una de sus nuevas canciones. Esta vez, viajó hasta la ciudad más austral del mundo para registrar un ritual ancestral y conmovedor.
La salida, a finales del año pasado, de un nuevo disco de Juana Molina reactivó la carrera de una cantautora tan extravagante como esencial. En los años 2000, Molina cosechó miles de adictos alrededor del mundo: sus discos no sólo se publicaron con éxito en el circuito indie argentino, sino que despertaron toda clase de interés en mercados tan difíciles de asociar entre sí como lo son los de Japón, el continente africano y Europa. Precisamente, de ese flamante nuevo álbum, Wed21, se desprende el nuevo clip de Juana. Que, como todo lo que hace, es cualquier cosa menos convencional. Sin guía no es una canción que habla del abandono del hogar, ese momento en el que nos enfrentamos al mundo sin la protección de lo conocido. La metáfora visual que Molina encontró, bajo la dirección del realizador argentino Dr. Sepian, tuvo que ir a buscarla a Tierra del Fuego, en el fin del mundo, para replicar allí una ceremonia de iniciación de la etnia Selk'nam, habitantes originarios del lugar: mientras avanza la canción y con una fotografía estupenda, se suceden las imágenes que narran el paso a paso del ritual, que termina con ese niño que vimos al principio adentrándose en el bosque.